En la vida de los aristócratas de Kyoto, en el período Heian, era tan importante el aprecio de las artes como el cultivo de exquisitos modales cortesanos.
Aunque el refinamiento estético en la vida y en las artes estaba prácticamente reservado a la élite y muchos de los aspectos de esta concepción habían sido traídos de China, ya en el siglo VII el amor a compartir la belleza había adquirido una forma japonesa muy peculiar con el Manyōshū, una colección de poemas caracterizada por profundos, sentimientos, sensibilidad e imágenes llenas de colorido.
Manyōshū, fue recopilado por cortesanos y en él se encontraba obras de famosos aristócratas, pero ente sus 4.000 poemas se encuentran obras de campesinos y soldados anónimos.
Hacia siglo X se daba por sentado que las personas de alta alcurnia (linaje) de Kyoto eran conocedoras y practicantes de artes como la música, la caligrafía, y la poesía. Esta última constituía una actividad cotidiana y los cortesanos estaban sometidos a una constante presión para que elaboraran poemas con los que celebrar los acontecimientos de cierto relieve.
El poema en sí era únicamente una parte del trabajo estético. La caligrafía, la elección del papel, lo artístico de su plegado, la flor que lo acompañaba e incluso el aspecto del mensajero que lo entregaba, formaban parte constitutiva de la magnitud de su belleza.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Fuentes: Lowenstein, Tom. Haiku. Editorial Blume. Impreso en China. Año: 2007. Pag.46.Imagen 34: http://imagecache2.allposters.com/images/pic/EAW/jp0010~Geisha-japonesa-entre-hojas-de-otono-Posters.jpg
2 comentarios:
Hermoso post. Mejor la enseñanza. ¡Gracias! La imagen es preciosa...Oswaldo Aiffil
Muchas gracias! por su visita! ^^, me siento a gusto y halagada que haya disfrutado éste post, siempre es bienvenido cada vez que quiera visitar el blog.
Publicar un comentario